Un amigo me regaló una vez un precioso cuaderno hecho a mano y escribió en la primera página:

“Escribo la primera página, que siempre es la más difícil…”.

Me pareció un regalazo porque siempre me cuesta empezar a escribir, luego una vez que me lanzo, me faltan hojas y me sobran ideas, la verdad. Con este bonito recuerdo, estreno mi blog para uso y disfrute de todo el que quiera pasear por aquí. Eres bienvenida a este mundo de ideas, palbras y reflexiones.

La motivación para empezar a escribir estos breves artículos de reflexión y aporte teórico es una situación que viví ayer mismo, una de tantas, en un probador de una tienda de ropa. Yo estaba probándome varios jerseys del mismo color, descartando los que pican, no tienen el largo que me gusta, o el cuello demasiado cerrado (me agobia) mientras escuchaba a una mujer diciéndole a su hija: “No es posible que te moleste eso”. Como me pilló justamente pensando lo incómodo que era el bonito jersey que me había probado, me llegó como una voz en off dirigida a mi misma. Primero comprobé que estaba sola y que nadie me estaba viendo (si, un poco absurdo, porque estaba dentro de un minúsculo probador), pero es que me sentí totalmente aludida.

Ya comprendí que esta mujer, estaba desesperada por hacer que su hija accediera a comprar la ropa que ella consideraba necesaria/bonita/adecuada para estas fechas navideñas de compromisos familiares. Para ello utilizaba frases como: “eso no te puede molestar, es imposible”, “bueno, pero luego te acostumbras”, “con lo bonito que te queda y lo guapa que estás así”, “no hay manera contigo, hija, eres una cabezota”. Mientras la niña se quejaba abiertamente de la prenda que le incomodaba y decía “me da igual, me molesta, me lo quiero quitar, me molesta mucho”.

Salí de la tienda pensando en esta situación, cada vez que salgo a un centro comercial presencio varias escenas con niños que me violentan y me hacen sentir el impulso de intervenir. Luego se quedan flotando en mi cabeza hasta que las abrazo, las ordeno y las dejo ir. Es desagradable presenciar injusticias, ni de niña las podía soportar.

En este caso, pensaba, hay de fondo una insensibilidad de la madre, que con la mejor de sus intenciones quiere que la niña supere esas “tonterías” que son cosas caprichosas, cosas de niños. Por lo que se de este tipo de sensibilidades hacia la ropa, seguramente ella también fue una niña que no soportaba las gomas, las prendas apretadas o con texturas rígidas, y posiblemente la obligaron a acatar. Y así la cadena subirá generación tras generación.

La transmisión de patrones represivos es la gran dificultad de la crianza respetuosa. Estos patrones son un conjunto de creencias, actitudes y comportamientos automáticos que están grabados a nivel inconsciente. Transformar esa base es esencial para poder ejercer una crianza saludable, consciente y feliz. No es fácil, pero al menos es una enorme oportunidad.

Esta madre del probador no tenía un tono maltratador, no intentaba humillar a su hija frente a la hermana, no era consciente del daño producido y con seguridad ella considera que simplemente estaba ayudando a su hija a comprar la ropa que mejor le sienta. El problema no suele ser el amor hacia los hijos, excepto en personas con graves patologías o disfunciones emocionales severas. El problema es el desconocimiento y la falta de empatía.

Si esta madre supiera que los niños y las niñas no necesitan gustar a otros a través de la ropa, o que son muy sensibles a tejidos sintéticos, etiquetas, gomas y apreturas porque su cuerpo está en primer plano en su desarrollo. Si supiera que lo esencial para su autoimagen es que su mamá la acepte tal cual es y tal cual viste, con una mirada limpia de convencionalismos y canones de vestimenta y apariencia de la niña-mujer. Si supiera que la presión que la niña siente con esa prenda es proporcional a la que la madre siente como motivo esencial de comprarla… y si supiera que a ella también le molestan esas ropas y pudiera desprenderse de ellas… otra gallina cantaría.

En estos días que preguntaba en mis redes temas para escribir en el blog, en general todas las respuestas tienen un denominador común. ¿Qué hacer cuando el niño quiere una cosa y yo otra?

La lucha de poder, el conflicto de intereses, el sacrificio y la cesión es lo que hay de fondo en estas preguntas. Considero que el perfil de familia que me sigue en redes sociales es respetuoso, con bastante conciencia y búsqueda de respuestas a las dificultades que aparecen en el camino. Sin embargo, se repiten los mismos patrones que en las familias que nunca se plantearon si criar con respeto o de un modo más convencional, simplemente repitiendo lo que creen que saben sin plantearse si será saludable o no para sus hijos, dando por hecho que eso es lo mejor, lo correcto, lo bueno.

Este blog ha sido creado para desmitificar pensamientos recurrentes en la crianza y la educación de niños de  0 a 7 años, en prevención de esta transmisión generacional y la promoción de la salud emocional del ecosistema familiar. Ayúdame a contruirlo haciéndome llegar tus dudas y preguntas al correo maria@lacaracolainspira.com

Gracias por tu apoyo y tu tiempo, deseo que te resulte de utilidad.

 

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